Muchos de nosotros creemos que cuando comemos por razones emocionales (tristeza, enojo, aburrimiento etc.) se debe a una falta de autocontrol. De acuerdo a un sinnúmero de profesionales en las áreas psicológicas y médicas, podemos decir que esto es rara vez cierto. También muchos más de nosotros estamos seguros que si perdemos la cordura cuando hay comida cerca es por una falta de disciplina y de fuerza de voluntad.
Y aquí es querida lectora, en donde me encantaría que razones , si el acto de comer por motivos emocionales fuera solamente un efecto de falta de disciplina, podríamos seguir los lineamientos que nos hemos autoimpuesto para llevar a buen fin todas las dietas del mundo, para pagar cantidades exorbitantes por la “última” malteada maravilla que nos ayudará a perder esos kilos maléficos o por la constante obsesión sobre lo que comemos y cuando, pero sobre todas las cosas si todo esto implicara disciplina, NO existirían los desórdenes alimenticios en ninguna de sus formas.
En este tipo de situaciones, al vernos desesperanzados, no nos queda más remedio que culpar a una “adicción” puesto que no encontramos una respuesta “lógica” a nuestra conducta y comportamiento. Gracias a la psicología de la alimentación, podemos darnos cuenta claramente de lo que nos orilla a tener estas creencias.
Hoy quiero platicarte sobre algunos de los motivos que contribuyen en gran parte a comer por razones emocionales (o lo que muchos nombramos una adicción a la comida) y algunas sugerencias para comenzar a trabajar con esa asignatura que tenemos pendientes con nosotros mismos.
1.- Falta de atención
Estoy segura que más de una vez te ha ocurrido que te sorprendes cuando al estar comiendo algo frente al televisor, te das cuenta que el paquete de galletas que tenías en tus manos “mágicamente” se terminó y no, ni tu gato ni tu perro se comieron todas esas galletas apenas sin sentirlo….. ¡fuiste tú! El comer en exceso es causado mayormente debido a que nos alimentamos inconscientemente, es decir, no prestamos atención a la cantidad o a lo que ingerimos. En otras ocasiones, comemos solo porque frente a nosotros tenemos cacahuates, papitas, o cualquier bocadillo mini que esté sobre la mesa…… así , tal cual sin hambre lo devoramos solo porque se encuentra cerca de nuestras ociosas manos.
¿Qué puedo hacer? Pon verdadera atención a lo que comes sin ningún tipo de distracciones o multitasking (teléfono, computadora, libros o televisión). Esta simple acción, trae más consciencia y disfrute de lo que puedes imaginar a tu mesa.
2.- La comida es tu único placer
¿Te has preguntado en qué ocuparías tu tiempo si no pensaras tanto en la comida? Tristemente muchas personas responden que no tendrían ninguna ilusión en esta vida, y sin esto en mente, no habría mucho por ambicionar.
Muchos de nosotros nos sentimos reconfortados por la comida después de un largo día de estrés y trabajo duro, pero ¿Por qué? Esto ocurre debido a que comer segrega en nuestro organismo hormonas como la dopamina , serotonina y endorfinas; así que el efecto calmante que encontramos en muchos de nuestros alimentos favoritos nos trae un poco de tranquilidad o confort, más quiero que sepas que hay otras maneras de compensar y consentir a tu cuerpo y a tu cerebro.
¿Qué puedo hacer? Así como nuestros alimentos favoritos promueven tales reacciones químicas en nuestro cuerpo, es sabido también que elementos como la música, los abrazos, un masaje y una buena carcajada nos dan los mismos resultados y nos permiten tener una vida mejor. Si no hay nadie a quien abrazar, besar o sonreírle, ¡háztelo a tí misma!, nadie te conoce mejor para satisfacer las necesidades que tienes.
3.- Inhabilidad para tolerar las emociones difíciles
El aprender a modular y calmar nuestras emociones negativas requiere tiempo. Nuestra personalidad, formación y fortaleza son aliadas en este campo pero todos somos diferentes y como tal sentimos, vibramos y percibimos las situaciones de diversas maneras. Uno de los factores número uno que “disparan” el comer en exceso es el estrés y desgraciadamente es el pan nuestro de cada día.
¿Qué puedo hacer? Trata de lidiar y permítete SENTIR las emociones que no son agradables. Sé que suena extraño, pero muchas veces preferimos comer como locos antes que permitirnos el sentir el enojo, la frustración, la tristeza, el vacío, el rechazo. Estas son emociones y son tan importantes y tan humanas como las emociones positivas como la alegría, el amor, la paz etc. La comida no debería tener como función el ser usada como anestesia para el dolor.
"¿Sabes? Yo por mucho, pero mucho tiempo así como tú, pensé que la comida era una adicción, pero hoy más que nunca puedo decirte que hay solución y que puedes tener una vida sin pensar obsesivamente en comer."
4.- Estar muy cansado, muy hambriento o muy solo
Los excesos nunca han sido buenos. Esperar mucho tiempo haciendo algo que no te gusta, te tiene extenuado o aguantando el hambre jamás te llevará a comer con moderación. Estamos de acuerdo ¿verdad? El permitirte estos “maltratos” físicos te conducirá invariablemente, directito a abusar de la comida ya nuestro cuerpo (completito desde el cerebro a los intestinos) buscará la manera de reconfortarse y sentirse mejor y para esto no hay nada más a la mano que la comida.
¿Qué puedo hacer? Tratar a pesar de todo y de todos de dormir y comer suficiente. Estas dos funciones son vitales y son a las que menos atención le ponemos porque, claro está, siempre posponemos nuestro bienestar porque es más valioso terminar el reporte pendiente para tu jefe o llevar a tus hijos a la clase de karate "¡Eso no puede esperar, qué barbaridad!" "Porque todos son más importantes que yo. "
Tal vez todos estos tips parezcan muy difíciles de seguir pero son pequeños pasos que te ayudarán a hacer las pases con la comida y contigo misma. Te sugiero comenzar por lo menos con uno, elige el que quieras o el que creas que puedes hacer.
¿Sabes? Yo por mucho, pero mucho tiempo así como tú, pensé que la comida era una adicción, pero hoy más que nunca puedo decirte que hay solución y forma de recuperarte y que puedes tener una vida sin pensar obsesivamente en ella.
Opiniones van, opiniones vienen, esta es mi experiencia personal hablándote desde el corazón.
Nos leemos pronto.
Gina Quevedo
www.tusemocionespesan.com